viernes, 28 de noviembre de 2008

EL CUENTO ES LA LITERATURA DEL NÓMADA- John Cheever

No viene mal releer las palabras de un maestro...


Contar el cuento

A menudo al Cheever novelista se le reprocha -o se le reprochaba- la estructura invertebrada de sus novelas. Se las considera torpes e imperfectas sucesiones de relatos breves en busca de una dirección y un sentido. No es cierto, claro. Pero sí es cierto que Cheever será recordado más por sus ficciones breves y también es cierto que los mismos detractores de su forma no dudaron en celebrar la publicación de The Stories of John Cheever señalando que, probablemente, se tratara de una de las encarnaciones más próximas al fantasma siempre inasible de la gran novela americana. A Cheever, en público, el asunto nunca le preocupó demasiado, y en privado -en sus Diarios- el asunto le preocupaba demasiado. Hoy, la idea atómica de la novela propuesta por Cheever no sólo es celebrada en sus ficciones sino imitada in aeternum en ficciones ajenas. A modo de curiosidad reveladora, basta inspeccionar el programa propuesto por Cheever para sus alumnos en su breve y accidentado paso por lowa University. Lo primero que Cheever pedía era la escritura de un diario que abarcase por lo menos una semana y en el que aparecieran registradas todas las experiencias. Sentimientos, sueños, orgasmos, ajustadas descripciones de la ropa holgada que estaba de moda y de los colores de las botellas vacías o a vaciar. El segundo paso consistía en la escritura de un cuento en el que siete personas o paisajes que aparentemente no tuvieran nada que ver aparecieran inevitable y profundamente relacionados entre sí. El tercer paso -y ésta era su asignatura favorita- era el de redactar una carta de amor como si se la estuviera escribiendo desde un edificio en llamas. «Un ejercicio que nunca falla», aseguraba.


«Un cuento o un relato es aquello que te cuentas a ti mismo en la sala de un dentista mientras esperas que te saquen una muela. El cuento corto tiene en la vida, me parece a mí, una gran función. Es, también, en un sentido muy especial, un eficaz bálsamo para el dolor: en una telesilla que te lleva a la pista de esquí y que se queda atascado a mitad de camino, en un bote que se hunde, frente a un doctor que mira fijo tus radiografías... Pasamos el tiempo esperando una contraorden para nuestra muerte y cuando no tienes tiempo suficiente para una novela, bueno, ahí está el cuento corto. Estoy muy seguro de que, en el momento exacto de la muerte, uno se cuenta a sí mismo un cuento y no una novela», dijo y -en «Why I Write Short Stories», ensayo especialmente escrito para la revista Newsweek con motivo de la publicación y éxito de Cuentos y relatos- precisa: «¿Quién lee cuentos?, uno se pregunta, y me gusta pensar que los leen hombres y mujeres en salas de espera; que los leen en viajes aéreos transcontinentales en lugar de ver películas banales y vulgares para matar el tiempo; que los leen hombres y mujeres sagaces y bien informados quienes parecen sentir que la ficción narrativa bien puede contribuir a nuestra comprensión de unos y otros y, algunas veces, del confuso mundo que nos rodea. La novela, en toda su grandeza, exige, al menos, algún conocimiento de las unidades clásicas, que preservan ese lazo misterioso entre la estética y la moral; pero que esta antigüedad inexorable excluyera la novedad en nuestras formas de vida sería lamentable. Algunos conocemos esta novedad a través de La guerra de las galaxias, otros a través de la melancolía que sigue al error cometido por un jugador que no batea en las últimas entradas de un partido de béisbol. En la búsqueda de esta novedad, la pintura contemporánea parece haber perdido el lenguaje del paisaje y-mucho más importante- del desnudo. La música moderna se ha separado de aquellos ritmos profundamente enraizados en nuestra memoria, pero la literatura aún posee la narrativa -el cuento- y uno defendería esto con la propia vida. En los cuentos de mis estimados colegas -y en algunos míos- encuentro esas casas de verano alquiladas, esos amores de una noche, y esos lazos extraviados que desconciertan la estética tradicional. No somos nómadas, pero -sin embargo- subsiste más que una insinuación en el espíritu de nuestro gran país, y el cuento es la literatura del nómada».


tomado del prólogo ("John Cheever: apuntes para una teoría del expulsado") de Rodrigo Fresán para su selección: La geometría del amor, de J. Cheever, Emecé, Buenos Aires, 2003.

domingo, 23 de noviembre de 2008

PRESENTACIÓN DE EL LIBRO DE LOS TALLERES III

http://www.dunken.com.ar/web2/libreria_detalle.php?id=8703

En el museo MITRE, San Martín 336, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se presentó el 21 de noviembre pasado, coordinado y compilado por Natalia Vega, el tomo III de EL LIBRO DE LOS TALLERES, novedad que corresponde a la iniciativa de editorial DUNKEN, Buenos Aires, 2008.
El taller ÓPERA PRIMA presentó trabajos de diez talleristas:

Norma Alloatti
Amankay Appezzatto Scropanich
Susana Ballaris
Angélica Larrea
Nidia García de Niemann
Guido Orofino
Silvia Pavia
Victoria Pesado Castro
Marta G. Rodríguez
Oscar Daniel Tartabull

Imposible viajar, el taller fue representado por la hija de la coordinadora, señorita Evangelina Bianchi, quien agradeció en nombre de todos y retiró los libros correspondientes.

Carta enviada por la coordinadora del taller, leída en el acto de presentación:

A propósito de la presentación de El libro de los talleres III

La coordinadora y los talleristas del taller Ópera Prima de Rosario agradecen muy especialmente a editorial Dunken y a la excelente coordinación de Natalia Vega, la posibilidad de contar hoy con esta guía que reúne la producción de muchos de los talleres de escritura que existen dentro del país y también fuera de sus límites. Sabemos lo importante que resulta cerrar el círculo que abre el escritor, acercándolo a su lector. No siempre se logra y es lo que da sentido a la escritura.

Se sabe que un taller de escritura es una reunión de gente poco ortodoxa, podríamos decir que se trata de un club de magos, prestidigitadores, malabaristas cuyo único material de trabajo es la palabra. Las reuniones semanales no tienen lugar a la luz de las velas ni del neón, sino a la luz del entretejido de ciertas sagradas lecturas de los maestros de la literatura y de la escritura que brota de la pluma de estos mismos magos soñadores.

Como los primeros talleres surgidos en los años sesenta, el taller Ópera Prima se reúne en bares y cada tanto -es inevitable - una gota de café o de té cae sobre la hoja en blanco. Pero esto no asusta al grupo, cierto caos por la suma de papeles y libros, y una mínima colación que restrinja el ayuno estimulan más aún la creatividad que desborda en esa zona liberada, suerte de Puerto Libre palabrero, que supone cada encuentro.

Se sabe que en literatura no existen temas nuevos y sí, infinitas visiones. Importa que cada aspirante a escritor encuentre una expresión clara y propia. Nada más y nada menos. Parte de esa producción con voz propia, y estamos orgullosos de que así sea, nutre algunas de las páginas de esta edición del Libro de los Talleres III. Para que el círculo escritura-lectura pueda cerrarse, para iniciar el rico intercambio con las otras páginas del mismo libro. Para ampliar el entretejido de la letra. Formamos parte del mismo bordado.
Muchas gracias.

El taller Ópera Prima

miércoles, 19 de noviembre de 2008

NOCHE DE RONDA


Casa de la Poesía
(jardín)
El viernes 21 de noviembre a las 20,
en Sargento Cabral 301 (y el río)
“Noche de ronda”
boleros
cuentos teatralizados

entrevista :
Invitada: Marta Ortiz, escritora

Músico invitado: Raúl Rodríguez (saxo alto)

Coordina: Mónica Alfonso

Auspicia: Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario
Entrada libre y gratuita

sábado, 15 de noviembre de 2008

El POEMA DE DEREK WALCOTT (PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1992) PARA BARACK OBAMA

CUARENTA ACRES

Al terminar la Guerra Civil norteamericana, el Congreso decidió que todo esclavo liberado tenía derecho a recibir cuarenta acres de tierra –16 hectáreas– y una mula para comenzar su nueva vida. (De acá tomó, también, Spike Lee el nombre de su productora: 40 Acres and a Mule.) Este poema fue escrito en homenaje al triunfo de Barack Obama por el Nobel de Literatura Derek Walcott.

De todo el desorden surge un emblema, un grabado

un joven negro al amanecer de sombrero de paja y overol,
emblema de una profecía imposible, una multitud
que se divide como el surco que ara la mula,
abriéndose para su presidente: un campo nevado de algodón
de cuarenta acres, cuervos con augurios predecibles
que el joven granjero ignora por sus ancestros
de pelo de algodón, nunca olvidados, mientras en una rama hay
una tensa corte de lechuzas anteojudas y, en el borde lejano del campo,
un espantapájaros le gesticula y patea con bronca.
El pequeño arado sigue en esta página de renglones pasando
la tierra que gime, el árbol de linchamientos, la negra venganza del tornado
y el joven granjero siente el cambio en las venas,en el corazón, los músculos, los tendones,
hasta que la tierra queda abierta como una bandera y la luz segura
de la aurora toca el campo y los surcos esperan al sembrador.

Por Derek Walcott

fuente (Página 12,15/11/2008)
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-4925-2008-11-15.html

jueves, 13 de noviembre de 2008

PRESENTACIÓN EN BUENOS AIRES: El LIBRO DE LOS TALLERES III

Entre los talleres editados,
el taller de Lectura y Escritura
ÓPERA PRIMA
representado en la voz de diez de sus talleristas:
Norma Alloatti
Amankay Appezzatto Scropanich
Susana Ballaris
Angélica Larrea
Nidia García de Niemann
Guido Orofino
Silvia Pavia
Victoria Pesado Castro
Marta G. Rodríguez
Oscar Daniel Tartabull

viernes, 7 de noviembre de 2008

YO ES OTRO (MITOLOGÍA PERSONAL Y ESCRITURA)


Viernes 7 de noviembre
18:30 hs
Centro Cultural Bernardino Rivadavia

Yo es otro
Mitología personal y escritura.

¿Cómo toman parte en la obra de un poeta esos relatos que todo autor construye en torno a la propia biografía, tanto personal como literaria?
Tres poetas conversarán acerca de sus obras y abordarán, en particular, aquellos aspectos que señalan la presencia de una mitología personal.
Con
Cristian Aliaga, Fabián Casas y Eloísa Oliva
Coordina:
Marta Ortiz