viernes, 31 de julio de 2009

MUSEOS GLOBALES


Museo Guggenheim de Bilbao

SUSANA REINOSO hoy en LA NACIÓN:

Vida culturalMuseos que sientan reales en el mundo

Por Susana Reinoso

lanacion.com | Cultura | Viernes 31 de julio de 2009

domingo, 26 de julio de 2009

FLANNERY, para pensar



sobre el detalle, ese "detalle" mínimo pero máximo en la escritura

"Afirmar que la ficción procede por detalles no implica el simple, mecánico amontonamiento de éstos. Cada detalle debe ser controlado a la luz de un objetivo primordial, cada detalle debe introducirse de modo que trabaje para nosotros. El arte es selectivo. Todo lo que hay en él es esencial y genera movimiento".
(Flannery O'Connor)

No viene mal releer los consejitos de Flannery, para cuentistas:

El arte del cuento [Fragmento]

Siempre he oído decir que el cuento es uno de los géneros literarios más difíciles; y siempre he tratado de descubrir por qué la gente tiene tal impresión respecto de lo que considero una de las formas más naturales y básicas de la expresión humana.

Aún me inclino a pensar que la mayor parte de la gente posee una cierta capacidad innata para contar historias; capacidad que suele perderse, sin embargo, en el camino. Por supuesto, la capacidad de crear vida con palabras es esencialmente un don. Si uno lo posee desde el inicio, podrá desarrollarlo; pero si uno carece de él, mejor será que se dedique a otra cosa.

No obstante, he podido advertir que son las personas que carecen de tal don, las que, con mayor frecuencia, parecen poseídas por el demonio de escribir cuentos. Estoy segura que son ellas quienes escriben los libros y los artículos sobre "como se escribe un cuento".

Un cuento es una acción dramática completa, y en los buenos cuentos los personajes se muestran por medio de la acción, y la acción es controlada por medio de los personajes. Y como consecuencia de toda la experiencia presentada al lector se deriva el significado de la historia. Por mi parte prefiero decir que un cuento es un acontecimiento dramático que implica a una persona, en tanto comparte con nosotros una condición humana general, y en tanto se halla en una situación muy específica. Un cuento compromete, de un modo dramático, el misterio de la personalidad humana.

Para el escritor de ficciones, en el ojo se encuentra la vara con que ha de medirse cada cosa; y el ojo es un órgano que además de abarcar cuanto se puede ver del mundo, compromete con frecuencia nuestra personalidad entera. Involucra, por ejemplo, nuestra facultad de juzgar. Juzgar es un acto que tiene su origen en el acto de ver. En la escritura de ficción, salvo en muy contadas ocasiones, el trabajo no consiste en decir cosas, sino en mostrarlas.

Un buen cuento no puede ser reducido, sólo puede ser expandido. Un cuento es bueno cuando ustedes pueden seguir viendo más y más cosas en él, y cuando, pese a todo, sigue escapándose de uno.

En la mayoría de los buenos cuentos es la personalidad del personaje lo que crea la acción de la historia. En la mayoría de esos cuentos, siento que el escritor ha pensado en una acción y luego seleccionado un personaje para que la lleve a cabo. Usualmente, existen más probabilidades de llegar a un buen fin si se comienza de otra manera. Si se parte de un personaje real estamos en camino de que algo pase antes de empezar a escribir, no se necesita saber qué. En verdad, puede ser mejor que uno ignore lo que sucederá. Cada uno debe ser capaz de descubrir algo en el cuento que escriba.

sábado, 18 de julio de 2009

L'AMITIÉ, POR FRANCOISE HARDY

Se festeje cuando se festeje, el día del amigo/a es todos los días. Podemos festejarlo en julio y en agosto también, por qué no.
La interpretación de Hardy no solo trae a cuento mi adolescencia, también aquella película de Denys Arcand, inolvidable, Las invasiones bárbaras. Mi regalo. Mi homenaje.
Marta O.




viernes, 17 de julio de 2009

a pedido de Andrea para sus amigas, lo hago extensivona quienes sienten la amistad como una luz


Las tinieblas aún no se habían disipado y no había sentimientos.

Cuando empezó a separarse lo claro de lo oscuro los seres vieron, después miraron y la luz nueva los guió a las cosas más hermosas.

La más brillante de las luces, tanto que encandilaba, los guió a los sentimientos y se detuvo en el más sublime, en tu amistad.

Que esta vela represente para siempre esa luz y alumbre tanto que aunque no nos veamos ni escuchemos, permita que siempre nos miremos y nos podamos oír.


Oscar Tartabull


lunes, 13 de julio de 2009

MADRES CON RUEDAS

en los videoclubes


Queridos amigos:
Hemos iniciado la difusión del DVD de "Madres con ruedas" entre los videoclubes de nuestra ciudad de Rosario y al momento son tres los que lo tienen: Videoclub Millennium, en 3 de Febrero y Necochea (en nuestro propio barrio),Videoteca, Entre Ríos 1772, y Alternativa Video Club, en sus tres locales: Corrientes 529, Pte. Roca 870 y 3 de Febrero y Mitre. En la página web de Alternativa aparece nuestro film ofrecido entre los "Estrenos de la semana":http://www.videoalternativa.com.ar/.
Como nos interesa, por supuesto, seguir ampliando la difusión del film, les pedimos que se dirijan a sus respectivos videoclubes amigos (sean de Rosario o no) para solicitarlo. Si les dicen que no lo tienen (lo más probable), por favor, denles nuestros datos de contacto (ver al pie).

DVD
Seguimos ofreciendo el DVD de "
Madres con ruedas" en venta "directa" por correo contrarreembolso, a un precio de $ 35 la unidad más gastos de envío. Solo hace falta pedirlo vía email o por teléfono.

El DVD viene con subtítulos opcionales en castellano y en inglés, y además incluye varios extras, como el corto "
A bordo de un carrito", que hicimos -Mario y Mónica- en 1981, y dos pequeños videos inéditos, que registran nuestro paso, junto al film y junto a nuestra hija, por los festivales de Mar del Plata y de Brasilia, en 2007.


Próximas proyecciones
"Madres con ruedas" integrará la muestra de la XIII Semana de Cine Argentino en Salta, que se realizará del 30 de julio al 5 de agosto en la nombrada capital norteña. La proyección será en La Casa de la Cultura de Salta. El horario aún no lo sabemos.
Finalmente, el pedido de siempre: no dejen de pasar estas noticias a quienes Uds. crean que pueden interesarles.
Mario Piazza / Mónica Chirife / tel. 0341-424.4941 (ciudad de Rosario)

lunes, 6 de julio de 2009

BOSTEZO DE HIPOPÓTAMO


MAMÁ tomó la peor de las decisiones: me envió a un colegio religioso de monjas de semiclausura. En ese antro, debíamos lidiar con una superiora psicópata, que parecía considerar el género masculino como al mismo diablo.
Mis notas eran muy buenas pero yo no encajaba con las buenas alumnas. Me parecían sosas y aburridas. En cambio, me identifiqué inmediatamente con las peores. Nos sentábamos siempre en los últimos bancos y sabotéabamos la clase como podíamos, charlando, haciendo ruido con los bancos, murmurando con la boca cerrada, fingiendo repentinos accesos de tos que no lograban alterar los nervios a toda prueba de nuestra maestra, sin duda muy preparada para todo tipo de ataques, inclusive el nuclear.

La madre Superiora (en adelante La Monja, como le decíamos entre nosotras) me miraba como un insecto al que quisiera aplastar con el pie, cada vez que se cruzaba conmigo en aquellos corredores oscuros y lóbregos. Yo creía que tenía ciertos poderes, por medio de los cuales sabía cuáles eran mis más recónditos pensamientos y de ahí sus miradas cargadas de rencor y ansias de vengarse.
Una vez no pude reprimir un bostezo fenomenal, mientras ella nos daba una clase acerca del comportamiento correcto de una niña de colegio religioso.
Aunque yo estaba sentada en la última fila, me vio, nada escapaba a su mirada. Su boca se transformó en una sola línea, pero hasta para ella debía estar claro que bostezar durante sus discursos no constituía delito alguno. Por lo que me señaló con su dedo justiciero y bramó, delante de toda la clase:
- Señorita Peralta!!! Usted bosteza como un hipopótamo!

La cosa se empezó a poner peor cuando entramos en la adolescencia. En un alarde de progresismo, nos daban clases de educación sexual. Que se unían las células masculinas y femeninas, se formaba un huevo y ese huevo se transformaba en un hermoso bebé. Pero la pregunta del millón era cómo hacían las células masculinas para estar allí. Sería por ósmosis? Pasarían a través de la saliva, con un beso? Misterio y respuestas evasivas. Sobre este punto fundamental, circulaban toda clase de versiones.
Una vez encontré a Andrea, una de mis mejores amigas, saltando sin parar durante el recreo. Le pregunté qué hacía y me respondió, sin dejar de saltar, que su primo le había dado un beso en la mejilla y estaba segura que había quedado embarazada, por lo que esperaba que el bebé se muriera mientras ella saltaba y nadie se daría cuenta…
Aunque me pareció algo descabellado, no le respondí nada, porque yo sabía menos que ella.

Finalmente descubrimos en qué consistía el tan mentado “acto” al que todos se referían pero nadie explicaba. Analía, la más fisgona de nuestro grupo, vio en un kiosko una revista pornográfica y la compró a escondidas. En ella, además de las consabidas fotos, había una carta escrita por una chica a su madre, contándole con todo lujo de detalles su noche de bodas. Esa carta circuló por todo el curso, anulando todas las versiones y fantasías sobre el hecho. A los doce años, fue como si un velo se hubiera corrido, mostrándonos con crudeza la verdad que nos habían ocultado tan tenazmente. Todas nos prometimos que jamás haríamos algo tan asqueroso, aunque había algunas pioneras (entre las que yo no me encontraba), que comenzaban a sentir una secreta simpatía por un género tan poco agraciado y torpe como el masculino.

Cuando terminamos la secundaria, el Colegio organizó en el teatro el acto de entrega de diplomas. Ese día, yo estaba muy feliz, como si saliera de la cárcel, pensando que jamás volvería a ver la escuela ni La Monja. Aunque, fiel a mis principios de ignorar su existencia, hubiera deseado terminar el acto e irme sin mirarla siquiera, mamá me obligó a ponerme en la cola para saludarla. Todas, muy conmovidas, contestaban a sus frases de despedida algo así como “lo mismo me pasa a mi, Madre” . Decidí hacer el gran sacrificio con altura y le dediqué mi mejor sonrisa cuando me tocó el turno, sin dejarme convencer por el barniz de amabilidad que mostraba en presencia de los padres.
- Peralta! – me dijo con voz que sólo yo podía oír – Espero no volver a verte en mi vida!
Y por primera vez, en tantos años, me sentí feliz de poder decir lo que decían las demás:
- Lo mismo me pasa a mí, Madre – contesté exactamente con la misma entonación que mis compañeras.
Por Silvia Ana Pavía
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domingo, 5 de julio de 2009

BARBIJO

Habría que ponerle barbijo al cerebro, que no se nos engripe...

por LINIERS
Fuente: publicado en LA NACIÓN, EL 4/07/2009