Comentarios de la entrega de premios

Queridísimos amigos del taller:

Les cuento cómo fue la entrega de premios. Las tres novelas ganadoras (enrealidad fueron diez finalistas, pero sólo publicaban las tres primeras) fueron presentadas de sorpresa para nosotros, no publicaron nada en la página ni adelantaron nada para que todo fuera una sorpresa. La entrega del diploma y las novelas se hizo en la Biblioteca del Museo Roca. Había más o menos unas 70 personas, escritores que publican con la editorial y amigos y parientes del 1° ganador, que era un hombre muy conocido de Avellaneda. En la tarima se sentaron el dueño de la editorial y su esposa, y empezaron por el 3° premio, por lo que me llamaron a mí primero y así, sin aviso previo y sin poder negarme, tuve que decir unas palabras en el micrófono, primero agradecí el esfuerzo de la editorial en premiar a gente desconocida, hablé de mis experiencias negativas en los concursos que organizan las grandes editoriales donde no solamente no gané nada sino que la novela ganadora siempre fue decepcionante para mí, siempre tuve la sospecha que ni siquiera leen las novelas presentadas y que el premio ya esta previamente asignado y no es más que un montaje para darle publicidad (en esto todos estuvieron de acuerdo) y bueno, del estímulo que representaba para mí este premio.

Después habló la segunda ganadora, una escritora de Córdoba que nunca había publicado y estaba tan emocionada que se puso a llorar en el micrófono. Su novela, dijo, es una deuda que tenía con sus compañeros muertos durante la dictadura militar (después fuimos a tomar un café y me contó que había sido montonera y había conocido personalmente a Abal Medina, Firmenich, Perón, y no me acuerdo quién más). Nos caímos bien desde el primer momento, quizá porque las dos estábamos solas y me conmovió mucho porque es una persona muy sufrida y desilusionada. Había sido militante peronista desde los 16 años, con muchas ilusiones e idealismos, como se era en aquella época y yo le dije sinceramente que nunca hice caso de los que me persiguieron para afiliarme porque no quería que me usaran. Creí que me iba a tratar de escéptica pero solamente me dijo que yo debía de ser muy inteligente para pensar así a los 18 años.

El 1° ganador tuvo que hablar el último y ya no le quedaba nada por decir después de nosotras dos y lo tomó muy a broma, diciendo que no se podía competir con las mujeres. Su novela es de corte policial y después del acto me contó que fue soldado durante la dictadura y que no se había atrevido a matar, aun a riesgo de su propia vida.

Bueno, vendí 3 novelas, con lo que me pagué el colectivo, me pareció gracioso que me pidieran dedicatorias y me traje 25 novelas de las cien. El resto voy a firmar un contrato de distribución la semana que viene, le dije a la editora que si venden las novelas podemos seguir publicando.

La secretaria, que es española y muy simpática me dijo en voz baja que mi historia le había parecido lindísima, con lo cual me emocionó muchísimo porque para mí era un poco un folletín, me inspiré en una serie que no sé si recuerdan con Joan Collins que se llamaba Dinastía (Un estilo parecido a Dallas) en la que la hija del millonario tiene un romance con el chofer. Fue una historia que inventé para entretenerme y le agregué algunos condimentos como la niñera fea y media bruja y problemas de alcohol y drogas. También ayudó muchísimo las correcciones que aprendí a hacer gracias a nuestra maestra Marta Ortiz.

El tema recurrente en Buenos Aires es la inseguridad. No se salvó ni mi nueva amiga Esther (el 2° premio) y por lo que hablé con los taxistas todos en CF odian al matrimonio presidencial.

Por Silvia Ana Pavía