jueves, 19 de febrero de 2009

Wislawa Szymborska


Una poeta imperdible...

Wislawa Szymborska (Kornik, Polonia, 1923) vive en su departamento en Cracovia y trabaja todos los días en sus poemas.
Se le concedió el Premio Nobel en 1996.

Cuatro preguntas en un reportaje para La Nación, de Félix Romeo:

—¿Tiene alguna fórmula mágica para escribir?
—Sé lo que quiero escribir, pero no siempre me sale. Trabajo constantemente en los poemas. Hay algunos poemas que surgen de forma espontánea... (Es mi secreto: no voy a decir nunca cuáles salen con facilidad y cuáles salen con esfuerzo.) Pero no siempre salen de forma espontánea.


—¿Y cómo es la Szymborska que narra sus poemas?
—Creo que cada poema lo escriben dos personas. Hay una persona que es la que siente las cosas, la que las experimenta, la que piensa. Y otra persona, que está detrás de mí y dice: "¿No estarás exagerando?, ¿qué va a entender el lector de lo que estás escribiendo? y, además, ¿para qué le sirve?" Ese yo irónico está siempre, pero si desaparece escribiré muy malos poemas... ¡Y si desaparezco yo, también serán malos! (Risas)

—Utiliza un lenguaje muy especial.
Mi lengua es una lengua viva. Utilizo frases hechas, lengua coloquial, juegos de palabras, que no necesariamente funcionan en otras lenguas... La suerte de los poetas en el exterior depende de los traductores.

—¿Hablamos de los temas de su poesía?
—Todos mis poemas nacen del amor. Diría incluso que todos los poemas nacen del amor; incluso aquéllos que transmiten el mal tienen en el fondo una forma de amor hacia el mundo. Estoy totalmente convencida... Y si no es así, lo siento por esos poetas.

Dos poemas:

MIEDO ESCÉNICO

Poetas y escritores.
Porque así es como se dice.
Los poetas entonces no son escritores, sino qué.

Al poeta la poesía, al escritor la prosa.

En la prosa puede haber de todo, hasta poesía,
en la poesía tiene que haber sólo poesía.

Según el cartel que la anunciacon
una enorme P de trazos modernistas,
inscrita en las cuerdas de una lira alada,
tendría yo que volar y no entrar caminando.

¿Y no sería mejor descalza
que con estos zapatos de oferta,
sustituyendo torpemente a un ángel
entre taconeo y rechinado?

Si al menos fuera más larga mi falda, con más vuelo,
y si no sacara yo los poemas del bolso sino de la manga,
fiesta, desfile, gran ocasión,
pim pam pum,
ab ab ba.

Allá en el escenario acecha una mesita
un tanto espiritista y de patas doradas,
y sobre la mesita humea un candelabro.

De eso se desprendeque tendré que leer a la luz de las velas
lo que escribí a la luz de una simple bombilla
tac tac tac a máquina.

Sin preocuparme de antemano
si esto es poesía
y qué poesía,

si de esa en la que la prosa está mal vista,
si de esa que es bien vista en prosa.

Pero cuál es la diferencia,
si sólo se aprecia en la penumbra
sobre un fondo de cortinas rojas
con flecos morados.

Gente en el puente, 1988. Traducción de Gerardo Beltrán.

A ALGUNOS LES GUSTA LA POESÍA

A algunos,
es decir, no a todos.
Ni siquiera a los más, sino a los menos.
Sin contar las escuelas, donde es obligatoria,
y a los mismos poetas,
serán dos de cada mil personas.

Les gusta,
como también les gusta la sopa de fideos,
como les gustan los cumplidos y el color azul,
como les gusta la vieja bufanda,
como les gusta salirse con la suya,
como les gusta acariciar al perro.

La poesía,
pero qué es la poesía.
Más de una insegura respuesta
se ha dado a esta pregunta.
Y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
como a un oportuno pasamanos.

Fin y principio, 1993.
Traducción de Gerardo Beltrán, David A. Carrión y Abel A. Murcia.

1 comentario:

Las tramas del taller dijo...

Me gusta mucho, poeta de raza, ojalá la sientan de la misma manera que yo (para los que quieran ahondar, otros poemas publicados en mi blog, El vuelo de la noche...)
Marta O.