Las relaciones con Susana no marchaban por los mejores rieles. Muy abierto yo y muy cerrada ella, sus prejuicios fueron minas que como en las guerras explotan llevándose vidas.
Creíste que yo era una propiedad tuya, un muñeco al cual podías mover de un lugar a otro y si por un capricho cruzaba por tu mente, tirarlo al tarro de la basura. Independiente siempre fui, mientras vos imaginaste que alguien llegaba hasta tu vida para jugar con tu mazo de cartas, tan marcadas como vos.
Decidí hacer un viaje por dos meses al Brasil. Disfruté de las victorias del Santos como también sufrí las derrotas. Caminaba por las playas, gozaba del sol de Río y el de Sao Pablo también mis ojos se perdían en el cielo y las aguas de Bahía.
Cuando pasaron los dos meses traté de no hacerme preguntas para evitar las respuestas. Ya en el avión quedé envuelto en un profundo y plácido sueño.
Abrí la puerta del departamento. Lo primero que hice fue saber si había mensajes con la voz estúpida de esa muchachita: –usted tiene mensajes nuevos-. Había algunos de mis primos de Pérez, del Chaco, y -no podía faltar-, el de Susana.
Cuando nos encontramos, sentados en un bar del Parque Independencia, le dije:
-Esto no va más, tenemos pensamientos opuestos, caminos que no se juntan, y en una pareja no se debe hacer los caprichos de uno sino los sentimientos de los dos. Nací para ser pájaro con la libertad de volar, tomar agua junto a los cordones de la calle. Cantar en primavera y tal vez morir en otra primavera cuando despiertan las primeras flores.
Ella se levantó con su orgullo. Era la primera niebla que le impidió ver cómo la felicidad escapaba de su vida como el barrilete que corta el piolín.
La segunda niebla fue subir a tu auto, era una fría mañana y era dificultosa la visión, pero tus ojos ya estaban ciegos cuando tu cuerpo quedó recostado sobre el volante mientras la bocina seguía con su sonido y yo. . . quedé con mi silencio y mis manos vacías.
Por Guido Orofino
3 comentarios:
Bueno, Guido, muy bien. Leí el relato de una sola vez, es muy dinámico y atrapa. Lástima el final, en tus cuentos alguien muere siempre. A seguir publicando! SILVIA
Muy bueno Guido. Es lindo verte publicando en el blog.
Oscar
Felicitaciones Guido. Me gustó tu cuento. Bienvenido al blog.
Angélica
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