Por la rendija entra la primavera y me siento mareado.
Quizás sean muy fuertes los aromas de los blancos y los violetas.
Hay un alto de libros, sobre la mesa.
Oigo pasos.
Andan por los pasillos y suben por los ascensores.
A mi izquierda, la ventana está apagada.
A mi derecha, hay un bagaje de sonidos.
Las calles trotan en las esquinas.
Me levanto.
Pongo llave a la puerta.
Prendo un sahumerio.
Tiene el olor a melón recién despierto.
La primavera sopla sobre los aros del humo.
Es la hora exacta dentro de la noche.
Casi de mañana,
cuando me convierto en ladrón.
Ladrón escurridizo, sutil, como si fuera de cristal.
Transparente, vestido de niebla o de quejas.
Me transformo.
Comienzo a usar las voces de los Otros.
Y en mi boca explotan las palabras
que son de los Otros.
Nadie sabe de mí.
Los que están fuera, ni al costado, ni arriba, ni abajo.
Sin embargo, los Otros comienzan a mirarme.
Dan vueltas a mi alrededor
Y yo me miro, como en un espejo.
Sigo hora tras hora…
robando, despacito..
En forma de hebras, sueños y latidos.
La vida de los Otros.
Por la rendija entra la primavera y me siento tan mareado.
¿Será tanta luz?
¿O es el Otro
al que estoy leyendo?
Quizás sean muy fuertes los aromas de los blancos y los violetas.
Hay un alto de libros, sobre la mesa.
Oigo pasos.
Andan por los pasillos y suben por los ascensores.
A mi izquierda, la ventana está apagada.
A mi derecha, hay un bagaje de sonidos.
Las calles trotan en las esquinas.
Me levanto.
Pongo llave a la puerta.
Prendo un sahumerio.
Tiene el olor a melón recién despierto.
La primavera sopla sobre los aros del humo.
Es la hora exacta dentro de la noche.
Casi de mañana,
cuando me convierto en ladrón.
Ladrón escurridizo, sutil, como si fuera de cristal.
Transparente, vestido de niebla o de quejas.
Me transformo.
Comienzo a usar las voces de los Otros.
Y en mi boca explotan las palabras
que son de los Otros.
Nadie sabe de mí.
Los que están fuera, ni al costado, ni arriba, ni abajo.
Sin embargo, los Otros comienzan a mirarme.
Dan vueltas a mi alrededor
Y yo me miro, como en un espejo.
Sigo hora tras hora…
robando, despacito..
En forma de hebras, sueños y latidos.
La vida de los Otros.
Por la rendija entra la primavera y me siento tan mareado.
¿Será tanta luz?
¿O es el Otro
al que estoy leyendo?
Susana Ballaris
2 comentarios:
Susana,
Los Otros ya no exiten, los hiciste tuyos con tus palabras.
Bello, muy bello.
Angélica
Muy bueno Susana!!, como la mayoria de los trabajos que he oído tuyos...
Magali
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