Desde aquella diminuta esfera
existente en los tiempos sin tiempos,
asceta de olor amarillo rojizo
estallando en los dominios sin espacio,
formando el hogar de los hogares
hogar de las luces
hogar de los dioses
hogar de las vidas;
devenimos en perfecta sincronía
regidos por ciencias sin alma:
cuántica, física, química, equilibrio, compensación.
Perfección de perfecciones
limpieza de sentires
caminos no caminados.
Hasta que desde otros espacios
acaso también ermitaños de otros ciclos,
alguien pensó en colores
alguien quiso obsequiarle sentido a los sonidos
alguien quiso volver lo gutural en vínculo
alguien quiso vibrar en otras realidades.
Entonces volaron pinceladas,
nacieron rimas,
empalmaron acordes,
aparecieron ilusionistas de lenguajes,
generadores de irrealidades,
dibujantes de alientos no vividos.
Entonces los artistas
fuimos movimiento para las vidas,
colores para la oscuridad,
sonidos para el silencio,
presencia para más allá del existir.
Entonces vieron, escucharon, degustaron, criticaron
entonces tuvo sentido jugar a ser creador.
Oscar Daniel Tartabull
4 comentarios:
Oscar:
¡Qué mezcla de idas y vueltas, de colores y detrás de los colores los aleteos, sobre los aleteos las pausas y luego, el modelado hasta llegar a un TODO! y DE UN TODO a la esfera diminuta de los tiempos sin tiempos.
Susana Ballaris
Oscar, vos también poesía???
La leí de nuevo y me gustó mucho, parece un homenaje a los artistas...
La del comentario anterior soy yo, Silvia, siempre me olvido de firmar
llego a la conclusión de que yo digo que Ópera prima es un taller de narrativa para despistar a los incautos. Se ve que el efecto rebote del cuento y la novela es la poesía. ¡Bienvenida, la expresión más alta de la lengua!!! Marta O
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