Por Vinicius de Moraes
No es necesario que sea hombre,
basta que sea humano,
basta que tenga sentimientos,
basta que tenga corazón.
Se necesita que sepa hablar y callar,
sobre todo que sepa escuchar.
Tiene que gustar de la poesía,
de la madrugada, de los pájaros, del Sol,
de la Luna, del canto, de los vientos
y de las canciones de la brisa.
Debe tener amor, un gran amor por alguien,
o sentir entonces, la falta de no tener ese amor.
Debe amar al prójimo y respetar el dolor que
los peregrinos llevan consigo.
Debe guardar el secreto sin sacrificio.
Debe hablar siempre de frente y
no traicionar con mentiras o deslealtades.
No debe tener miedo de enfrentar nuestra mirada.
No es necesario que sea de primera mano,
ni es imprescindible que sea de segunda mano.
Puede haber sido engañado,
pues todos los amigos son engañados.
No es necesario que sea puro,
ni que sea totalmente impuro,
pero no debe ser vulgar.
Debe tener un ideal, y miedo de perderlo,
y en caso de no ser así,
debe sentir el gran vacío que esto deja.
Tiene que tener resonancias humanas,
su principal objetivo debe ser el del amigo.
Debe sentir pena por las personas tristes
y comprender el inmenso vacío de los solitarios.
Se busca un amigo para gustarde los mismos gustos,
que se conmueva cuando es tratado de amigo.
Que sepa conversar de cosas simples,
de lloviznas y de grandes lluvias y
de los recuerdos de la infancia.
Se precisa un amigo para no enloquecer,
para contar lo que se vio de bello y
de triste durante el día, de los anhelos
y de las realizaciones, de los sueños y de la realidad.
Debe gustar de las calles desiertas,
de los charcos de agua y los caminos mojados,
del borde de la calle, del bosque después de la lluvia,
de acostarse en el pasto.
Se precisa un amigo que diga que vale la pena vivir,
no porque la vida es bella, sino porque estamos juntos.
Se necesita un amigo para dejar de llorar.
Para no vivir de cara al pasado,
en busca de memorias perdidas.
Que nos palmee los hombros,
sonriendo o llorando,
pero que nos llame amigo,
para tener la conciencia de que aún estamos vivos.
Traducción de César Conto
(publicó Marta O., para su gente necesaria)
4 comentarios:
Marta Ortíz: Escribí un comentario y ¡zas!, por algún lado del blog se escondió porque no lo pude encontrar. Pero te digo que al leer las palabras, no sabía ¡de pronto! si eran las del autor, las tuyas o las mías y como yo las tomé como nuestras, te digo gracias y envío un abrazo a todos los que viven dentro del blog. Susana Ballaris
Gracias Susana, es estimulante encontrar un eco en lo que una elige para publicar; toda elección implica una renuncia y una exposición. Alivia conocer la resonancia que nuestra elección causó en los otros. gracias otra vez. Marta O.
¡GRACIAS MARTA! por elegir nuestro lugar para exponerte con este regalo que como dice Susana, me hace sentir abarcado, escuchado, perteneciente a un nosotros y tener un nuestro. Un lindo regalo del día del amigo que te lo retribuyo con un abrazo virtual, pero desde el corazón.
Oscar
(el abrazo es también para todo el Blog)
Marta,
Un poco tarde pero reconocida de tu texto y buenos deseos.
Angelica
Publicar un comentario