lunes, 29 de septiembre de 2008
domingo, 28 de septiembre de 2008
EL DIABLO ENTRE LOS DEDOS

Caen gotas de fuego
y el diablo está entre los dedos.
Trepan al árbol
en busca de expiación.
Suben al árbol
rompen su corteza,
el árbol pierde
el eco de su vida.
El hombre deja caer el hacha,
la tierra bajo sus pies
la devora.
Ya no se escuchan
las sinfonías
que las aves entonaban.
El cielo se cubre de ceniza
los muertos están en la Tierra.
No respiran,
cantaban canciones en otras eras.
Sus corazones no laten,
pero su sangre viaja
en bodegas de barcos,
rumbo a ser destilada
por la codicia
del ser humano.
El árbol muere,
el hombre destruye.
Caen gotas de fuego,
crece el incendio.
Los muertos
someten
a los vivos.
Sus corazones no laten,
ya no están bajo tierra.
Los vivos
interrumpieron su descanso.
Crédulos creyeron
que la sangre de los muertos
era eterna.
El fuego avanza
quienes padecen
se queman.
Muerto el árbol cae,
en el bosque del donde y cuando.
El primero de sus hermanos.
Los que resisten
agonizan
en terrible espera.
Los vivos que no hablan
mueren en desigual batalla.
La ignorancia aumenta.
Las advertencias
en círculos vuelan,
a la espera de los vivos
que sufrieron
por la sangre de los muertos.
Los hombres inventan guerras,
desangran a los vivos
para que los muertos vuelvan.
El hombre mata y ve morir
a los vivos que aún quedan.
Al quitar vidas
en su interior algo muere también.
Jugo de muertos.
Su sangre cubre y mata
a los vivos que
aún caminan en la Tierra.
Fétido aroma
el sudor del dinero,
en las manos del hombre.
La codicia hace
de sus palmas fosas sépticas.
Del cielo
caen gotas de fuego.
No hay nubes,
solo la espera.
Expiación de males,
perdón de culpas.
La ignorancia del hombre
su maldición.
El infierno su olvido,
recordar es el castigo.
El hombre mata
a los que agonizan
sobre la tierra.
Las gotas de fuego
provocan incendios.
Las manos de los hombres
con el diablo entre sus dedos.
Amankay Appezzatto Scropanich
y el diablo está entre los dedos.
Trepan al árbol
en busca de expiación.
Suben al árbol
rompen su corteza,
el árbol pierde
el eco de su vida.
El hombre deja caer el hacha,
la tierra bajo sus pies
la devora.
Ya no se escuchan
las sinfonías
que las aves entonaban.
El cielo se cubre de ceniza
los muertos están en la Tierra.
No respiran,
cantaban canciones en otras eras.
Sus corazones no laten,
pero su sangre viaja
en bodegas de barcos,
rumbo a ser destilada
por la codicia
del ser humano.
El árbol muere,
el hombre destruye.
Caen gotas de fuego,
crece el incendio.
Los muertos
someten
a los vivos.
Sus corazones no laten,
ya no están bajo tierra.
Los vivos
interrumpieron su descanso.
Crédulos creyeron
que la sangre de los muertos
era eterna.
El fuego avanza
quienes padecen
se queman.
Muerto el árbol cae,
en el bosque del donde y cuando.
El primero de sus hermanos.
Los que resisten
agonizan
en terrible espera.
Los vivos que no hablan
mueren en desigual batalla.
La ignorancia aumenta.
Las advertencias
en círculos vuelan,
a la espera de los vivos
que sufrieron
por la sangre de los muertos.
Los hombres inventan guerras,
desangran a los vivos
para que los muertos vuelvan.
El hombre mata y ve morir
a los vivos que aún quedan.
Al quitar vidas
en su interior algo muere también.
Jugo de muertos.
Su sangre cubre y mata
a los vivos que
aún caminan en la Tierra.
Fétido aroma
el sudor del dinero,
en las manos del hombre.
La codicia hace
de sus palmas fosas sépticas.
Del cielo
caen gotas de fuego.
No hay nubes,
solo la espera.
Expiación de males,
perdón de culpas.
La ignorancia del hombre
su maldición.
El infierno su olvido,
recordar es el castigo.
El hombre mata
a los que agonizan
sobre la tierra.
Las gotas de fuego
provocan incendios.
Las manos de los hombres
con el diablo entre sus dedos.
Amankay Appezzatto Scropanich
lunes, 22 de septiembre de 2008
OTRO CIELO (octava entrega)
un microespacio para conocer a quienes muestran sus sueños
Leira do Son
Banda de Tradicional Folk Galego
Compartimos una charla con su directora,
Leira do Son
Banda de Tradicional Folk Galego
Compartimos una charla con su directora,
Ma. Fernanda García Cañón
quien nos habla acerca de los trabajos y proyectos del grupo
para escuchar en cualquier lugar del mundo
otro cielo
para escuchar en cualquier lugar del mundo
otro cielo
Una realización de Raúl Astorga,
desde Rosario, Santa Fe, Argentina
www.otrocielocultural.blogspot.com
LA POESÍA EN LOS BARES
El martes 23 del corriente continuará el ciclo
LA POESIA EN LOS BARES,
encuentro que organiza el Centro Cultural Bernardino Rivadavia (Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario).
En esta oportunidad leerán
Sergio Gioacchini, Patricia Cuaranta y Roberto Retamoso.
Las presentaciones a cargo del poeta
Roberto Lobos
HORARIO de invierno: 20.45 horas.
LA SUBSEDE
Entre Ríos y San Lorenzo.
LA SUBSEDE
Entre Ríos y San Lorenzo.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
SICOANÁLISIS
Estoy envuelto en un papel de periódico, que dice domingo del año dos mil cinco. Me suben a una trafic y ahora estoy parado, inmóvil, frente a una ventana. La ventana da a una habitación. En la habitación hay una cama y en la cama duermen la abuela, luego la hija y más tarde sus hijas.
No sé por qué, al transcurrir los días, un hilo invisible me va envolviendo en forma espiralada. Un manojo de voces, del barrio, distrae mi cansancio por estar tanto tiempo de pie.
La piel del verano y la piel de los vientos, me van aclimatando. El trabajo dura meses, justo en el tiempo de las brevas cuando octubre se enreda con noviembre. En realidad, no estoy nunca solo, estoy mimado por las miradas de la abuela, la hija y sus hijas. De tanto en tanto, llega el abuelo y sacude con fuerza la tierra y ay cuánto dolor siento en mis pies resecos.
Es claro, luego cuesta reacomodarme y estar erguido. Pasan los años. La ventana se cierra y los que ahora me miran son desconocidos. Año dos mil ocho. Llegan otro día domingo y comienzan a tumbarme y a darme vueltas sin miramientos. Ahora vivo junto a un muro destemplado sin lunas y sin estrellas.
Siento que el hilo invisible, aquel del comienzo, cierra un círculo dentro de mí.
Todos creen que estoy transpirando pero a nadie se le ocurre que en verdad estoy llorando.
Es que ya no me recuerdan, ni me llaman por mi nombre : ¡Jazmín!
No sé por qué, al transcurrir los días, un hilo invisible me va envolviendo en forma espiralada. Un manojo de voces, del barrio, distrae mi cansancio por estar tanto tiempo de pie.
La piel del verano y la piel de los vientos, me van aclimatando. El trabajo dura meses, justo en el tiempo de las brevas cuando octubre se enreda con noviembre. En realidad, no estoy nunca solo, estoy mimado por las miradas de la abuela, la hija y sus hijas. De tanto en tanto, llega el abuelo y sacude con fuerza la tierra y ay cuánto dolor siento en mis pies resecos.
Es claro, luego cuesta reacomodarme y estar erguido. Pasan los años. La ventana se cierra y los que ahora me miran son desconocidos. Año dos mil ocho. Llegan otro día domingo y comienzan a tumbarme y a darme vueltas sin miramientos. Ahora vivo junto a un muro destemplado sin lunas y sin estrellas.
Siento que el hilo invisible, aquel del comienzo, cierra un círculo dentro de mí.
Todos creen que estoy transpirando pero a nadie se le ocurre que en verdad estoy llorando.
Es que ya no me recuerdan, ni me llaman por mi nombre : ¡Jazmín!
Rosario/setiembre/2008
Por Susana Ballaris
domingo, 14 de septiembre de 2008
jueves, 11 de septiembre de 2008
A 7 años...

Hoy vale la pena que recordemos a esas 3.065 personas que perdieron su vida en el terrible atentado del 11-S. Una lágrima para cada una de ellas
Este es el poema, escrito al pie de las Torres Gemelas, quizá teniendo en mente lo hecho por Federico García Lorca en su Poeta en Nueva York. El poema de Alberti fue publicado en Versos sueltos cada día (Seix Barral, 1982):
Aquí no baja el viento,
se queda aquí en las torres,
en las largas alturas,
que un día caerán,
batidas, arrasadas de su propia ufanía.
Desplómate, ciudad, de hombros terribles,
cae desde ti misma.
Qué balumba
de ventanas cerradas,
de cristales, de plásticos,
de vencidas, dobladas estructuras.
Entonces entrará,
podrá bajar el viento
hasta el nivel del fondo
y desde entonces ya no existirá
más arriba ni abajo.
Rafael Alberti
se queda aquí en las torres,
en las largas alturas,
que un día caerán,
batidas, arrasadas de su propia ufanía.
Desplómate, ciudad, de hombros terribles,
cae desde ti misma.
Qué balumba
de ventanas cerradas,
de cristales, de plásticos,
de vencidas, dobladas estructuras.
Entonces entrará,
podrá bajar el viento
hasta el nivel del fondo
y desde entonces ya no existirá
más arriba ni abajo.
Rafael Alberti
miércoles, 10 de septiembre de 2008
TEXTO - HILADO - TEXTURA

Texto quiere decir Tejido, pero si hasta aquí se ha tomado este tejido como un producto, un velo detrás del cual se encuentra más o menos oculto el sentido (la verdad), nosotros acentuamos ahora la idea generativa de que el texto se hace, se trabaja a través de un entrelazado perpetuo; perdido en ese tejido –esa textura – el sujeto se deshace en él como una araña que se disuelve en las segregaciones constructivas de su tela. Si amásemos los neologismos podríamos definir la teoría del texto como una hifología (hifos: es el tejido y la tela de la araña).
Placer del texto. Clásicos. Cultura (cuanto más cultura, más grande y diverso será el placer). Inteligencia. Ironía. Delicadeza. Euforia. Maestría. Seguridad: arte de vivir. El placer del texto puede definirse por una práctica (sin ningún riesgo de represión ): lugar y tiempo de lectura: casa, provincia, comida cercana, lámpara, familia –allí donde es necesaria -, es decir, a lo lejos o no (Proust en el escritorio perfumado por las flores de iris), etc. Extraordinario refuerzo del yo (por el fantasma); inconsciente acolchado. Este placer puede ser dicho: de aquí proviene la crítica.
Tomado de: Roland Barthes, El placer del texto y lección inaugural, siglo XXI editores, México, 1986
Placer del texto. Clásicos. Cultura (cuanto más cultura, más grande y diverso será el placer). Inteligencia. Ironía. Delicadeza. Euforia. Maestría. Seguridad: arte de vivir. El placer del texto puede definirse por una práctica (sin ningún riesgo de represión ): lugar y tiempo de lectura: casa, provincia, comida cercana, lámpara, familia –allí donde es necesaria -, es decir, a lo lejos o no (Proust en el escritorio perfumado por las flores de iris), etc. Extraordinario refuerzo del yo (por el fantasma); inconsciente acolchado. Este placer puede ser dicho: de aquí proviene la crítica.
Tomado de: Roland Barthes, El placer del texto y lección inaugural, siglo XXI editores, México, 1986
martes, 9 de septiembre de 2008
DESCARGO

Vea señor comisario me parece bien que me detengan y me traigan a declarar. Pero le digo que no me pueden mandar a la cana. Sé que todo apunta en mi contra, sin embargo no soy culpable. Conozco a Fernández desde que éramos chicos. Hicimos juntos la primaria y la secundaria. Es cierto que siempre hubo pica entre nosotros. Él era el ganador con las minas, el de pinta y el más fuerte. Muchas veces lo envidié y hasta llegué a traicionarlo.¡Pobre Carlitos! No lo puedo creer.¡Tan laburador! Se levantaba a las cinco de la mañana y le daba y le daba…
Pero sabe,señor comisario, a lo último estaba muy triste. La semana pasado lo visité en la panadería y siempre me recibía son cara de bronca. Me costó un Perú hacerlo hablar. Me cacho, ¡él, que siempre estaba contando chistes! Era tan feliz. El día que lo mataron estuve charlando con él. Me contó que se había peleado con la Julia. Nunca me gustó esa mujer. Para nada cariñosa con el Carlitos. Creo que ella apunta muy alto. Se las da de gran señora. Le repito, no era mina para él. Vimos el partido de River y Boca juntos. A eso de las ocho me fui apurado porque me tenía que encontrar con la Norma, mi novia. En el camino busqué el celular para avisarle que estaba llegando. No lo encontré. Me lo había olvidado en el mostrador. Volví a la panadería y allí lo encontré, tendido en un charco de sangre, con dos puntazos en el cuello y uno en el estómago. De no creer. Quise gritar pero no pude. Fue en ese momento que entró la Julia. Me señaló con el dedo y me dijo: “Lo mataste, cretino, lo mataste.” Entonces los llamó a ustedes.
Vea señor comisario, juro que yo no lo maté. Usted tiene que hablar con la Julia. Esa mujer no es ninguna santa. Me huelo que está en la trampa. Ya van muchas veces que la ven con el guapito del boliche de enfrente. Le repito, soy inocente y jamás se me cruzó por el mate asesinar a mi amigo, jamás.
Por Victoria Pesado Castro
sábado, 6 de septiembre de 2008
OLVIDO
Miles de palabras
hilvanadas como perlas
dejaron de existir
Organización durante el delirio
organización al trasponerse
organización al dejar los embozos
Todo se fue, desapareció.
“Neuronas y teclados unidos
jamás serán vencidos”
grita la turba rabiada de células, razón y fantasía
Latiguear de redoblantes en son de murga
bocinas, televisores, pelotazos
acompañaron indolentes
el ocio deseado
La creación fue víctima,
el olvido la secuela
y los lectores dispensados
Oscar Daniel Tartabull
LA POESÍA EN LOS BARES - Martes 09 / 09
CICLO LA POESÍA EN LOS BARES
El próximo martes 9 del corriente continuará el ciclo LA POESIA EN LOS BARES, encuentro que organiza el Centro Cultural Bernardino Rivadavia (Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario).
En esta oportunidad leerán
Gabriel Mian, Marcelo Cutró e Irene Ocampo
y la actuación especial del guitarrista Daniel Chazarreta.
Las presentaciones estarán a cargo del poeta Roberto Lobos.
HORARIO de invierno: martes a las 20.30 horas.
LA SUBSEDE
Las presentaciones estarán a cargo del poeta Roberto Lobos.
HORARIO de invierno: martes a las 20.30 horas.
LA SUBSEDE
Entre Ríos y San Lorenzo.
NUEVA ENTREGA DE "OTRO CIELO"
un microespacio para conocer a quienes muestran sus sueños
Esta vez: Alejandro Guarino
Escritor, guionista y conductor de radio
Compartimos una entrevista donde conocemos su manera de trabajar
otro cielo
Una realización de Raúl Astorga,
desde Rosario, Santa Fe, Argentina
www.otrocielocultural.blogspot.com
Esta vez: Alejandro Guarino
Escritor, guionista y conductor de radio
Compartimos una entrevista donde conocemos su manera de trabajar
otro cielo
Una realización de Raúl Astorga,
desde Rosario, Santa Fe, Argentina
www.otrocielocultural.blogspot.com
miércoles, 3 de septiembre de 2008
OTROS

Por la rendija entra la primavera y me siento mareado.
Quizás sean muy fuertes los aromas de los blancos y los violetas.
Hay un alto de libros, sobre la mesa.
Oigo pasos.
Andan por los pasillos y suben por los ascensores.
A mi izquierda, la ventana está apagada.
A mi derecha, hay un bagaje de sonidos.
Las calles trotan en las esquinas.
Me levanto.
Pongo llave a la puerta.
Prendo un sahumerio.
Tiene el olor a melón recién despierto.
La primavera sopla sobre los aros del humo.
Es la hora exacta dentro de la noche.
Casi de mañana,
cuando me convierto en ladrón.
Ladrón escurridizo, sutil, como si fuera de cristal.
Transparente, vestido de niebla o de quejas.
Me transformo.
Comienzo a usar las voces de los Otros.
Y en mi boca explotan las palabras
que son de los Otros.
Nadie sabe de mí.
Los que están fuera, ni al costado, ni arriba, ni abajo.
Sin embargo, los Otros comienzan a mirarme.
Dan vueltas a mi alrededor
Y yo me miro, como en un espejo.
Sigo hora tras hora…
robando, despacito..
En forma de hebras, sueños y latidos.
La vida de los Otros.
Por la rendija entra la primavera y me siento tan mareado.
¿Será tanta luz?
¿O es el Otro
al que estoy leyendo?
Quizás sean muy fuertes los aromas de los blancos y los violetas.
Hay un alto de libros, sobre la mesa.
Oigo pasos.
Andan por los pasillos y suben por los ascensores.
A mi izquierda, la ventana está apagada.
A mi derecha, hay un bagaje de sonidos.
Las calles trotan en las esquinas.
Me levanto.
Pongo llave a la puerta.
Prendo un sahumerio.
Tiene el olor a melón recién despierto.
La primavera sopla sobre los aros del humo.
Es la hora exacta dentro de la noche.
Casi de mañana,
cuando me convierto en ladrón.
Ladrón escurridizo, sutil, como si fuera de cristal.
Transparente, vestido de niebla o de quejas.
Me transformo.
Comienzo a usar las voces de los Otros.
Y en mi boca explotan las palabras
que son de los Otros.
Nadie sabe de mí.
Los que están fuera, ni al costado, ni arriba, ni abajo.
Sin embargo, los Otros comienzan a mirarme.
Dan vueltas a mi alrededor
Y yo me miro, como en un espejo.
Sigo hora tras hora…
robando, despacito..
En forma de hebras, sueños y latidos.
La vida de los Otros.
Por la rendija entra la primavera y me siento tan mareado.
¿Será tanta luz?
¿O es el Otro
al que estoy leyendo?
Susana Ballaris
lunes, 1 de septiembre de 2008
POETAS LEEN A OTROS POETAS
Nos encontramos éste Jueves en éste espacio cálido y acogedor que es"Mano a Mano" (artes), como siempre, a las 21:30 hs en el ciclo
"Poetas que leen a otros Poetas"
para disfrutar las voces de grandes y amados poetas en la voz de nuestros grandes y amados, poetas amigos rosarinos.
En esta ocasión, leen:
Marta Ortiz, Fer Marquinez, Fabricio Simeoni, Hugo Diz.
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