lunes, 19 de mayo de 2008

Mi laberinto






Es de papel. Un largo papel cuadriculado.
Busco escapar. Naufrago en los intentos.
Las salidas están cubiertas de números. Los corro para pasar primero, se superponen, los distraigo, me apresuro y avanzo. Por aquí no es.
Cambio de dirección, aparece un túnel lleno de ceros, me dominan y queman mis pies para que no camine.
Me convierto en paloma y vuelo alto. Dejo atrás un debe y un haber, un balance con números torcidos, una liquidación de impuestos, leyes que modifican la historia, pero de pronto una pared me destroza las alas y voy cayendo en distintas galerías.
Vuelvo a buscar la puerta que debe estar abierta.
Al fin la encuentro. Oigo un rumor de vocablos.
Allí me esperan las palabras.
Se transforman en mareas alegres, tristes, sonámbulas, histéricas. Me hablan en quechua, en francés, en castellano. Les pongo música de Chopin y de Discépolo, hasta hacerlas reír, bailar, cantar.
Las quiero mágicas.

Marta Rodríguez



1 comentario:

Las tramas del taller dijo...

Marta:
De pronto, me sentí aprisionada en tu papel cuadriculado y hasta entré a un túnel y luego volé alto cual paloma y pude salir contigo.
Fue el milagro del ida y vuelta que hice junto a vos, con tu trama
de números y luego palabras.
Te explico, sólo hablo en castellano.
Susana Ballaris